Desordenes Vestibulares

El sistema vestibular es la parte del oído interno y el cerebro que ayuda a controlar el equilibrio y los movimientos del ojo. Cuando el oído interno y el cerebro han sido afectados por una enfermedad o un accidente, se pueden presentar desórdenes vestibulares.

Los desórdenes diagnosticados más comúnmente incluyen vértigo posicional (también referido como BPPV, BPPN, o BPV), el mal de Ménière, infecciones del oído interno (llamadas laberintitis o neuronititis vestibular), daños causados por golpes en la cabeza (llamado síndrome de concusión de oído interno), hidropes endolinfáticos, y fístula perilinfática.
Otros desórdenes más raros incluyen tumores que crecen lentamente en el nervio vestibular (llamados neuromas acústicos) y desórdenes vestibulares asociados con desórdenes alérgicas o autoimunidad.
Síntomas
Los síntomas reportados más frecuentemente con los desórdenes vestibulares son: mareo, inseguridad o falta de equilibrio al caminar, vértigo, y náusea. Estos síntomas pueden ser muy leves, durando unos minutos, o pueden ser bastante severos, resultando en una incapacidad completa. Debido a que el sistema vestibular se influye mutuamente con muchas otras partes del sistema nervioso, algunos síntomas se pueden confundir como si fuesen problemas con la visión, los músculos, el pensamiento, y la memoria.
Además, la gente con desórdenes vestibulares puede sufrir de dolor de cabeza y dolores musculares en el cuello y la espalda, una tendencia mayor a sufrir de mareo, y una sensibilidad mayor al ruido y a las luces fuertes. Los pacientes con desórdenes vestibulares suelen quejarse de cansancio, pérdida de fuerza y falta de concentración. Dificultades con la lectura y el habla pueden ocurrir durante estos tiempos de cansancio. Cuando estos síntomas son constantes y debilitantes, pueden ser acompañados por irritabilidad, pérdida de auto-estima, y/o depresión.
Causas
Los traumas en le cabeza síndrome de latigazo son las causas más frecuentes de desórdenes vestibulares en la gente menor de 50 años. Las infecciones del oído como la otitis media y la inflamación del oído interno (laberintitis) también pueden causar daño a las estructuras vestibulares y auditivas del oído interno. Algunos viruses pueden causar desórdenes vestibulares. Las dosis fuertes o el uso de ciertos antibióticos a largo plazo también pueden causar daño permanente al oído interno. Otras drogas, como la aspirina, la cafeína, el alcohol, la nicotina, los sedativos, y los tranquilizantes, como también las drogas ilegales, pueden causar mareo temporal pero no causan daño permanente en el sistema vestibular.
La disminución o el bloqueo de la corriente de sangre al oído interno (como en el caso de un ataque de apoplejía) también puede dañar el sistema vestibular. Raramente, un tumor que crece lentamente en los nervios que conectan el oído interno con el cerebro (un neuroma acústico) puede interferir con la función normal del sistema vestibular. Finalmente, las causas de algunos desórdenes vestibulares continúan siendo un misterio.
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El sistema vestibular es la parte del oído interno y el cerebro que ayuda a controlar el equilibrio y los movimientos del ojo. Cuando el oído interno y el cerebro han sido afectados por una enfermedad o un accidente, se pueden presentar desórdenes vestibulares.

Los desórdenes diagnosticados más comúnmente incluyen vértigo posicional (también referido como BPPV, BPPN, o BPV), el mal de Ménière, infecciones del oído interno (llamadas laberintitis o neuronititis vestibular), daños causados por golpes en la cabeza (llamado síndrome de concusión de oído interno), hidropes endolinfáticos, y fístula perilinfática.
Otros desórdenes más raros incluyen tumores que crecen lentamente en el nervio vestibular (llamados neuromas acústicos) y desórdenes vestibulares asociados con desórdenes alérgicas o autoimunidad.
Síntomas
Los síntomas reportados más frecuentemente con los desórdenes vestibulares son: mareo, inseguridad o falta de equilibrio al caminar, vértigo, y náusea. Estos síntomas pueden ser muy leves, durando unos minutos, o pueden ser bastante severos, resultando en una incapacidad completa. Debido a que el sistema vestibular se influye mutuamente con muchas otras partes del sistema nervioso, algunos síntomas se pueden confundir como si fuesen problemas con la visión, los músculos, el pensamiento, y la memoria.
Además, la gente con desórdenes vestibulares puede sufrir de dolor de cabeza y dolores musculares en el cuello y la espalda, una tendencia mayor a sufrir de mareo, y una sensibilidad mayor al ruido y a las luces fuertes. Los pacientes con desórdenes vestibulares suelen quejarse de cansancio, pérdida de fuerza y falta de concentración. Dificultades con la lectura y el habla pueden ocurrir durante estos tiempos de cansancio. Cuando estos síntomas son constantes y debilitantes, pueden ser acompañados por irritabilidad, pérdida de auto-estima, y/o depresión.
Causas
Los traumas en le cabeza síndrome de latigazo son las causas más frecuentes de desórdenes vestibulares en la gente menor de 50 años. Las infecciones del oído como la otitis media y la inflamación del oído interno (laberintitis) también pueden causar daño a las estructuras vestibulares y auditivas del oído interno. Algunos viruses pueden causar desórdenes vestibulares. Las dosis fuertes o el uso de ciertos antibióticos a largo plazo también pueden causar daño permanente al oído interno. Otras drogas, como la aspirina, la cafeína, el alcohol, la nicotina, los sedativos, y los tranquilizantes, como también las drogas ilegales, pueden causar mareo temporal pero no causan daño permanente en el sistema vestibular.
La disminución o el bloqueo de la corriente de sangre al oído interno (como en el caso de un ataque de apoplejía) también puede dañar el sistema vestibular. Raramente, un tumor que crece lentamente en los nervios que conectan el oído interno con el cerebro (un neuroma acústico) puede interferir con la función normal del sistema vestibular. Finalmente, las causas de algunos desórdenes vestibulares continúan siendo un misterio.