Parálisis Facial (Bell)
¿Qué es la parálisis de Bell?
La parálisis de Bell es un episodio de debilidad o parálisis de los músculos faciales sin explicación, el cual comienza repentinamente y empeora de tres a cinco días. Esta condición resulta del daño del 7º nervio craneal (facial), usualmente el dolor o malestar se produce en un lado de la cara y de la cabeza.
Puede padecerla cualquier persona a cualquier edad, pero ocurre con más frecuencia en las mujeres embarazadas y en las personas con diabetes, influenza, un resfrío o cualquier otra dolencia de las vías respiratorias superiores. Esta afección nerviosa afecta a aproximadamente 40.000 norteamericanos adultos y niños cada año. La parálisis de Bell afecta a hombres y mujeres por igual.
La parálisis de Bell no se considera permanente, pero en casos poco frecuentes no desaparece. En la actualidad no se conoce ninguna cura para la parálisis de Bell. Sin embargo, la recuperación generalmente comienza entre dos semanas y seis meses desde la aparición de los síntomas. La mayoría de quienes sufren la parálisis de Bell recuperan totalmente la fuerza y la expresión facial.
¿Qué causa la parálisis de Bell?
Aunque la causa específica de la parálisis de Bell se desconoce, se ha sugerido que el trastorno puede ser hereditario. Puede también estar asociado con lo siguiente:
- La diabetes.
- La presión sanguínea alta.
- Un traumatismo.
- Toxinas.
- La enfermedad de Lyme.
- El síndrome de Guillain-Barré.
- La sarcoidosis.
- La miastenia grave.
- Una infección.
¿Cuáles son los síntomas de la parálisis de Bell?
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la parálisis de Bell. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
- Desorden en el movimiento de los músculos que controlan las expresiones faciales como sonreír, entrecerrar los ojos, parpadear o cerrar los párpados.
- Pérdida de sensibilidad en la cara.
- Dolor de cabeza.
- Lagrimeo.
- Babeo.
- Pérdida del sentido del gusto en las dos terceras partes anteriores de la lengua.
- Hipersensibilidad al sonido en el oído afectado.
- Incapacidad de cerrar el ojo del lado afectado de la cara.
Los síntomas de la parálisis de Bell pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
Tratamiento de la parálisis de Bell:
Un tratamiento recomendado con regularidad para la parálisis de Bell es proteger el ojo para impedir que se seque durante la noche o mientras se trabaja con la computadora. El cuidado de los ojos, que puede incluir gotas durante el día, ungüento a la hora de acostarse o una cámara de humedad durante la noche, ayuda a proteger la córnea de rasguños, lo cual es fundamental en el tratamiento de la parálisis de Bell.
Su médico establecerá el protocolo de tratamiento adecuado para la condición, basándose en la gravedad de los síntomas y en el perfil médico del paciente. Otras opciones de tratamiento incluyen:
- medicamentos con esteroides – para reducir la inflamación
- medicamentos antivirales – como el aciclovir
- analgésicos o calor húmedo – para aliviar el dolor
- fisioterapia para estimular el nervio facial
Es posible que algunas personas prefieran recurrir a terapias alternativas como tratamiento de la parálisis de Bell. Estos tratamientos pueden incluir:
- relajación
- acupuntura
- estimulación eléctrica
- capacitación en biorretroalimentación
- terapia vitamínica, incluidas las vitaminas B12, B6 y el mineral zinc.
Este artículo se puede obtener de la siguiente página web:
¿Qué es la parálisis de Bell?
La parálisis de Bell es un episodio de debilidad o parálisis de los músculos faciales sin explicación, el cual comienza repentinamente y empeora de tres a cinco días. Esta condición resulta del daño del 7º nervio craneal (facial), usualmente el dolor o malestar se produce en un lado de la cara y de la cabeza.
Puede padecerla cualquier persona a cualquier edad, pero ocurre con más frecuencia en las mujeres embarazadas y en las personas con diabetes, influenza, un resfrío o cualquier otra dolencia de las vías respiratorias superiores. Esta afección nerviosa afecta a aproximadamente 40.000 norteamericanos adultos y niños cada año. La parálisis de Bell afecta a hombres y mujeres por igual.
La parálisis de Bell no se considera permanente, pero en casos poco frecuentes no desaparece. En la actualidad no se conoce ninguna cura para la parálisis de Bell. Sin embargo, la recuperación generalmente comienza entre dos semanas y seis meses desde la aparición de los síntomas. La mayoría de quienes sufren la parálisis de Bell recuperan totalmente la fuerza y la expresión facial.
¿Qué causa la parálisis de Bell?
Aunque la causa específica de la parálisis de Bell se desconoce, se ha sugerido que el trastorno puede ser hereditario. Puede también estar asociado con lo siguiente:
- La diabetes.
- La presión sanguínea alta.
- Un traumatismo.
- Toxinas.
- La enfermedad de Lyme.
- El síndrome de Guillain-Barré.
- La sarcoidosis.
- La miastenia grave.
- Una infección.
¿Cuáles son los síntomas de la parálisis de Bell?
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la parálisis de Bell. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
- Desorden en el movimiento de los músculos que controlan las expresiones faciales como sonreír, entrecerrar los ojos, parpadear o cerrar los párpados.
- Pérdida de sensibilidad en la cara.
- Dolor de cabeza.
- Lagrimeo.
- Babeo.
- Pérdida del sentido del gusto en las dos terceras partes anteriores de la lengua.
- Hipersensibilidad al sonido en el oído afectado.
- Incapacidad de cerrar el ojo del lado afectado de la cara.
Los síntomas de la parálisis de Bell pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
Tratamiento de la parálisis de Bell:
Un tratamiento recomendado con regularidad para la parálisis de Bell es proteger el ojo para impedir que se seque durante la noche o mientras se trabaja con la computadora. El cuidado de los ojos, que puede incluir gotas durante el día, ungüento a la hora de acostarse o una cámara de humedad durante la noche, ayuda a proteger la córnea de rasguños, lo cual es fundamental en el tratamiento de la parálisis de Bell.
Su médico establecerá el protocolo de tratamiento adecuado para la condición, basándose en la gravedad de los síntomas y en el perfil médico del paciente. Otras opciones de tratamiento incluyen:
- medicamentos con esteroides – para reducir la inflamación
- medicamentos antivirales – como el aciclovir
- analgésicos o calor húmedo – para aliviar el dolor
- fisioterapia para estimular el nervio facial
Es posible que algunas personas prefieran recurrir a terapias alternativas como tratamiento de la parálisis de Bell. Estos tratamientos pueden incluir:
- relajación
- acupuntura
- estimulación eléctrica
- capacitación en biorretroalimentación
- terapia vitamínica, incluidas las vitaminas B12, B6 y el mineral zinc.
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