Sepa cómo tratar un ataque de gota

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Un ataque de gota es un tipo de artritis, que ocurre cuando el ácido úrico se acumula en la sangre y causa inflamación en las articulaciones.

Cuando es aguda se trata de una afección dolorosa que normalmente afecta solo una articulación. Mientras que la crónica se refiere a episodios repetitivos de dolor e inflamación. Y más de una articulación puede verse afectada.

Causas

La gota es causada por tener un nivel de ácido úrico superior a lo normal en el cuerpo. Esto puede ocurrir si:

  • El cuerpo produce demasiado ácido úrico
  • El cuerpo tiene dificultad para deshacerse del ácido úrico

Cuando se acumula demasiado ácido úrico en el líquido alrededor de las articulaciones (líquido sinovial), se forman cristales de ácido úrico. Estos cristales hacen que la articulación se inflame, causando dolor, hinchazón y elevación de la temperatura en el área.

Síntomas

La gota puede inflamar una o más articulaciones. Las que se ven afectadas con mayor frecuencia suelen ser el dedo gordo del pie, el empeine, el tobillo y la rodilla.

Los síntomas suelen presentarse de manera brusca, a menudo durante la noche:

  • En muy poco tiempo, la articulación pasa de estar normal a sufrir una inflamación muy fuerte.
  • Dolor muy intenso: descrito a menudo como insoportable.
  • Hinchazón y enrojecimiento de la articulación
  • Aumento local de la temperatura de la articulación.
  • Gran sensibilidad al tacto.
  • También puede haber fiebre, si bien su aparición requiere descartar otros procesos como una infección.

Recomendaciones para ataques de gota

1. Si sufre un ataque de gota siga las recomendaciones que le ha dado su médico para aliviar el dolor y la inflamación de la articulación afectada. Recuerde que si está tomando medicamentos que disminuyen el ácido úrico en sangre, no debe interrumpirlos; el ataque puede ser peor.
– Aplicación de hielo en la base del dedo gordo de manera circular por unos 3-5 minutos
– Elevar la pierna por arriba del nivel del corazón

2. Cuide su dieta. Debe seguir una dieta sana y saludable. Disminuir el consumo de alimentos ricos en purinas (carne roja, vísceras, marisco, alcohol, bebidas endulzadas…). Más que suprimir alimentos, hay que moderar el consumo de aquellos que aumentan el ácido úrico.

3. Mantenga una adecuada hidratación. La hidratación abundante (2 o 3 litros al día) es muy recomendable en la gota. El agua, los lácteos desnatados y los cítricos (Vit C)

4. Realice ejercicio físico de forma regular. El sedentarismo puede empeorar los niveles de ácido úrico en sangre, haciendo más difícil de vencer a la enfermedad.

5. Mantenga un peso adecuado.

6. Siga los consejos de su médico para conseguir un nivel adecuado de ácido úrico en sangre. La gota realmente se trata disolviendo los cristales de urato de los tejidos de forma definitiva. Para ello es fundamental un buen control de la uricemia. Si toma la medicación recomendada, además de llevar una alimentación ordenada y cuidar sus hábitos de vida, será más fácil que logre curarse.

No dude en consultar a un médico si sospecha o padece de un ataque de gota.

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Un ataque de gota es un tipo de artritis, que ocurre cuando el ácido úrico se acumula en la sangre y causa inflamación en las articulaciones.

Cuando es aguda se trata de una afección dolorosa que normalmente afecta solo una articulación. Mientras que la crónica se refiere a episodios repetitivos de dolor e inflamación. Y más de una articulación puede verse afectada.

Causas

La gota es causada por tener un nivel de ácido úrico superior a lo normal en el cuerpo. Esto puede ocurrir si:

  • El cuerpo produce demasiado ácido úrico
  • El cuerpo tiene dificultad para deshacerse del ácido úrico

Cuando se acumula demasiado ácido úrico en el líquido alrededor de las articulaciones (líquido sinovial), se forman cristales de ácido úrico. Estos cristales hacen que la articulación se inflame, causando dolor, hinchazón y elevación de la temperatura en el área.

Síntomas

La gota puede inflamar una o más articulaciones. Las que se ven afectadas con mayor frecuencia suelen ser el dedo gordo del pie, el empeine, el tobillo y la rodilla.

Los síntomas suelen presentarse de manera brusca, a menudo durante la noche:

  • En muy poco tiempo, la articulación pasa de estar normal a sufrir una inflamación muy fuerte.
  • Dolor muy intenso: descrito a menudo como insoportable.
  • Hinchazón y enrojecimiento de la articulación
  • Aumento local de la temperatura de la articulación.
  • Gran sensibilidad al tacto.
  • También puede haber fiebre, si bien su aparición requiere descartar otros procesos como una infección.

Recomendaciones para ataques de gota

1. Si sufre un ataque de gota siga las recomendaciones que le ha dado su médico para aliviar el dolor y la inflamación de la articulación afectada. Recuerde que si está tomando medicamentos que disminuyen el ácido úrico en sangre, no debe interrumpirlos; el ataque puede ser peor.
– Aplicación de hielo en la base del dedo gordo de manera circular por unos 3-5 minutos
– Elevar la pierna por arriba del nivel del corazón

2. Cuide su dieta. Debe seguir una dieta sana y saludable. Disminuir el consumo de alimentos ricos en purinas (carne roja, vísceras, marisco, alcohol, bebidas endulzadas…). Más que suprimir alimentos, hay que moderar el consumo de aquellos que aumentan el ácido úrico.

3. Mantenga una adecuada hidratación. La hidratación abundante (2 o 3 litros al día) es muy recomendable en la gota. El agua, los lácteos desnatados y los cítricos (Vit C)

4. Realice ejercicio físico de forma regular. El sedentarismo puede empeorar los niveles de ácido úrico en sangre, haciendo más difícil de vencer a la enfermedad.

5. Mantenga un peso adecuado.

6. Siga los consejos de su médico para conseguir un nivel adecuado de ácido úrico en sangre. La gota realmente se trata disolviendo los cristales de urato de los tejidos de forma definitiva. Para ello es fundamental un buen control de la uricemia. Si toma la medicación recomendada, además de llevar una alimentación ordenada y cuidar sus hábitos de vida, será más fácil que logre curarse.

No dude en consultar a un médico si sospecha o padece de un ataque de gota.

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